domingo, 9 de mayo de 2010

Entre humor y risas también hay tiempo para Dios. Felipe Polanco, “Boruga”, lo ha demostrado. Luego de haber llevado una vida ligada al alcoholismo.


Entre humor y risas también hay tiempo para Dios. Felipe Polanco, “Boruga”, lo ha demostrado. Luego de haber llevado una vida ligada al alcoholismo y muchos problemas familiares, en contraste con el desarrollo de una carrera como comediante que lo dio a conocer en todo el país y en el exterior, logró encaminarse hacia la paz y la armonía que tanto necesitaba.

“El 1999 fue un año importante en mi vida. Yo casi toqué fondo con el alcohol y me di cuenta de que el único que creía que mi vida estaba bien era yo. Reconozco que era mal esposo, mal padre y que no me manejaba de la mejor manera”, dijo Boruga, entrevistado por las comunicadoras Nancy de Franjul, Patricia Franjul y el periodista Miguel Franjul en una emisión especial del programa diario “Aprendiendo a vivir”.

El comediante contó las dificultades que vivió intentando dejar el alcohol para no hacer más daño a su familia, pero dice que las primeras dos veces que abruptamente interrumpió el hábito sufrió grandes depresiones que lo llevaron a pensar que la vida no valía nada. Todo esto cambió cuando, en contra de su voluntad, fue llevado a un retiro espiritual y pensando que, luego de un par de días, empezaría a sentir los síntomas propios del síndrome de abstinencia, se sorprendió mucho al descubrir que bajo la gracia del Dios sintió un bienestar que nunca había experimentado.

A veces usamos el gancho, y en los shows aprovechamos para dar nuestro testimonio de vida”.
Felipe Polanco, humorista dominicano.

“Entendí que por encima de mí había una fuerza llena de amor que me hizo relacionarme con todo aquello que yo tanto criticaba, aquello de lo que yo me burlaba. Olvidé a los amigos que me animaban a beber y me entregué a la bondad del Señor”, expresó.

Boruga afirmó que ahora vive una vida nueva, llena de armonía y paz, aunque muchos le restan importancia a su cambio, diciendo que luego de una vida libertina es muy fácil decir ahora que es cristiano. Pero él dice que ese fue su momento de aprender del gran maestro que es Dios a conducir su vida de la mejor manera.

Junto a su esposa, el humorista ha asumido la labor de llevar el mensaje de conversión a todo el que puede. Para los dos es una forma de agradecer a Dios lo que ha hecho por su familia.

“A veces usamos el gancho de que vamos a hacer un show de humor para, entre chistes, dar nuestro testimonio de vida, mostrarle a la gente cómo el Señor me ayudó a cambiar”, apunta Boruga.

Humorista de profesión
Iniciando su carrera con su participación en el programa “Nosotros a las 8” desde jovencito, Boruga ha pasado por muchos espacios de televisión, donde ha hecho sus mejores amigos, como Freddy Beras Goico, Yaqui Núñez del Risco y su hermano Pedro.

Dijo que en sus personajes siempre trata de reflejar la personalidad del dominicano, desde el hombre borracho hasta típico dominicano de barrio.

Esa misma realidad la presento en el texto “Que país mi país” publicado en los 90, donde presenta el país con esos detalles que aun no han cambiado, de una manera muy cómica.

fuente listindiario.com

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